Un cuento de hadas en el interior bonaerense

09/12/2023
Posted in Películas
09/12/2023 Juan Pablo Mansilla

Un cuento de hadas en el interior bonaerense

Un castillo, dos mujeres y una herencia en la nueva película del director argentino Martín Benchimol.

Un castillo, dos mujeres, una herencia. En un campo de la localidad bonaerense de Lobos, a una hora de la ciudad de Buenos Aires, Justina Olivo y su hija Alexia Caminos -propietarias de una imponente construcción medieval- mantienen viva una promesa: no vender el lugar, tal como les pidió la antigua dueña. Esa carta de presentación es la primera de las capas de El castillo, la nueva película del director argentino Martín Benchimol, que torsiona los límites del documental para contar una suerte de cuento de hadas en el interior argentino.

Justina trabajó durante décadas como empleada doméstica. Antes de morir, como reconocimiento por sus años de trabajo, la dueña del castillo la dejó como única heredera. Desde entonces, junto a su hija Alexia viven en la enorme mansión con seis baños y doce habitaciones, construida sobre un lote de 65 hectáreas. 

Esa historia real le sirvió a Benchimol para pensar una primera estructura con distintos conflictos y elementos ficcionados que, además de la relación madre-hija, problematiza sobre las diferencias de clase. «Yo les proponía situaciones que funcionaban como disparadores para que pusieran en escena su vínculo, y ellas las interpretaban dentro del juego que les planteaba la película. Algunas escenas se basaban en cosas que me habían contado y otras veces eran escenas de un futuro imaginario«, explicó el cineasta.

Aunque algunos momentos están deliberadamente actuados, la frescura y la verdad que transmiten las protagonistas de El castillo hacen que ese recurso quede en un segundo plano. «Empecé escribiendo la vida de Justina y Alexia en narrativa, como si fuese un cuento, y entonces decidí concentrarme en la relación entre ellas dos, una madre y una hija que están a punto de separarse», contó Benchimol.

Luego de su paso por los festivales de cine de Berlín, San Sebastián y Mar del Plata, El castillo llegó esta semana con distintas funciones en la Sala Lugones. A propósito de su estreno, charlé con Martín Benchimol sobre el origen del proyecto, el rodaje en Lobos y el cruce -siempre interesante para discutir- entre ficción y documental.

El origen: «Estaba produciendo el casting de mi película anterior, El espanto, en Lobos. Un poco por curiosidad me acerqué al castillo y estaba Justina trabajando alrededor de la casa. Me imaginé que era la empleada del lugar. Le dije que quería conocer al dueño y me dijo: ‘Pasá, yo soy la dueña’. Ese fue el primer encuentro con ella, ahí me mostró toda la casa y me contó toda su historia».

El rodaje: «El día que la conocí a Justina le dije que quería hacer una película con ella. Para Alexia era medio surrealista pensar en la idea de grabar. Yo creo que al principio Justina lo hacía más por Alexia que por ella misma, no sé si ella hubiera aceptado aparecer sola, pero Alexia es un topadora, se le metió en la cabeza hacer la película y avanzamos. Finalmente las dos lo disfrutaron un montón. Nuestro vínculo fue clave para el rodaje porque nos permitió hacer una película que no fuera sólo observarlas en su vida cotidiana sino apelar a reconstrucciones del pasado y hacia el futuro con ellas interpretando su propia vida. Para mí fue fascinante el trabajo de dirección porque Justina no estaba actuando, ella vive las situaciones de una manera real. Alexia sí podía crear universos, le gustaba montarse en un personaje, pero en una versión de otro color. Justina tiene un nivel de verdad delante de la cámara que es impresionante».

El guión: «Tenía claro que la historia tuviera una forma de fábula o de cuento de hadas. Una cadencia narrativa de ese estilo me parecía importante en la película. También que tuviera un tono de documental porque si no se corría el riesgo de que se viera como una ficción y no te enteres de que son ellas en su vida real. Lo primero que hice fue escribir una especie de novelita de toda la vida de Justina para ver dónde estaba lo más importante, que para mí era el presente de ellas dos. Armé una estructura tentativa de escenas. No filmamos en orden salvo los bloques grandes porque quería ir viendo cómo funcionaba y eventualmente modificar el curso de la historia. También dejé que ellas decidan».

Ficción y documental: «Hubo un momento del proceso donde no me ayudaba pensar la película como un documental o como una ficción. Para mí la película existe porque existen ellas, porque nos conocimos y porque existe su historia, con lo cual hay una base documental innegable. El tema es que al documental como género se le pide una serie de requisitos que para mí no es necesario adjudicarselos. Entonces, para no defraudar a la gente que a la palabra documental le adjudica un montón de cosas, prefiero decir que no sé si es uno. Me parece una discusión interesante hasta cierto punto, queda pequeña al lado de todo lo que podemos conversar de la película»

Trailer de El castillo, de Martín Benchimol

,