Una investigación por desvíos de fondos públicos y negocios turbios con firmas offshore; la foto en un safari de lujo cazando elefantes y un historial acumulado de escándalos, muchas veces silenciados por la prensa y el gobierno español, sellaron en 2014 el final del rey Juan Carlos I.
Su abdicación en favor de su hijo Felipe VI representó el cierre de casi medio siglo de historia en España desde la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975. En Salvar al rey, la serie documental de tres episodios estrenada por HBO Max, más de 50 testimonios -de periodistas, políticos y ex agentes de inteligencia- pintan una época trascendental para la historia reciente del país europeo.
El título elegido no es casualidad. Desde el primer episodio, queda claro que los sectores más influyentes de la sociedad española blindaron al rey cuando entendieron que tras la muerte de Franco si se caía la monarquía se caía todo lo demás. Esa protección institucional le dio a Juan Carlos una carta blanca para ocupar el trono y para hacer uso de los dispositivos estatales sin discreción. La serie recuerda que el ahora rey emérito fue investigado por la presunta venta de armas a socios árabes. Un vínculo histórico que se mantiene en la actualidad.
Juan Carlos viaja esporádicamente a España, pero vive en una mansión en la Isla Zaya Nurai, un paraíso fiscal en el Emirato de Abu Dabi, valuada en 11 millones de dólares.
Otro de los platos fuertes de Salvar rey incluye una serie de llamadas telefónicas, hasta ahora inéditas, registradas en su momento por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en las que el rey aparece conversando con distintas amantes. Tres ex agentes del servicio de espionaje describen cómo eran los operativos para encubrir al monarca cada vez que debía encontrarse en secreto con alguna de ellas en las «casas seguras» que la CNI regenteaba con presupuesto público en las afueras de Madrid.
Pero el episodio más escandaloso, que significó el principio del fin, fue la noticia del accidente que el rey sufrió en Botsuana, África, mientras cazaba elefantes. La Casa Real debió emitir un comunicado, en abril de 2012, para dar cuenta de la situación: el monarca debió ser operado de urgencia tras romperse la cadera durante el safari. Tiempo después trascendió que la aristócrata alemana Corinna Larsen, una de sus amantes, había organizado el viaje usando dinero público. Una tormenta perfecta que coincidió con un paquete de medidas de ajuste anunciadas por el gobierno de Mariano Rajoy que enardecieron a los españoles y aceleraron el descontento contra el rey. En su primera aparición pública, luego de recibir el alta médica, Juan Carlos recitó las diez palabras que uno de sus colaboradores le escribió para dirigirse al pueblo: «Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir».
«Juan Carlos defendió la restauración del régimen democrático y de la libertad de los españoles y creo que eso es algo que la historia le reconocerá», opina en el último capítulo de la serie el periodista y empresario Juan Luis Cebrián, uno de los fundadores del diario El País. «En el juicio de los españoles de hoy va a pesar más lo negativo que lo positivo”, sostiene, por su lado, el periodista y director de El Español, Pedro J. Ramírez. «Porque ya se sabe: lo más importante de una biografía es cómo termina», concluye.
