En forma de mito, leyenda urbana o historia paranormal de programas sensacionalistas, el caso de la Isla Friendship circula en Chile desde hace 40 años. Según versiones, nunca probadas con evidencia, en el archipiélago de los Chonos, al sur del país, existiría una isla con vida y contacto extraterrestre.
Este enigma, considerado fundacional por la ufología chilena y estudiado en distintos informes, es el tema del nuevo documental de Cristóbal Valenzuela, director de Robar a Rodin. «Si bien el caso se conoció en 1984 con las comunicaciones de radio, el tema explotó y se masificó gracias al programa Ovni emitido por TVN en 1998. En esos años, además, aparecieron los Archivos Secretos X y la película Día de la Independencia, lo que aceleró ese interés por los ovnis», recordó Valenzuela.
Isla Alien comienza con el origen del mito. A mediados de los ‘80, un grupo de radioaficionados encabezado por Octavio Ortiz tomó contacto con un personaje identificado como Ariel que decía convivir con alienígenas en Isla Friendship. Según Ortiz, el hombre estaba interesado en la «información genética» de los humanos. Un día, temiendo que nadie creyera su versión de las conversaciones, el radioaficionado comenzó a grabarlas. Esas diez horas registradas en casetes junto a un rescate de noticieros de la época y entrevistas a los testigos son el centro de la primera parte de la película.
En un segundo tramo, el documental rastrea al chileno Ernesto de la Fuente, un testigo particular que se convenció de su propia historia probablemente para ocultar otra. De la Fuente afirma ser el único en visitar Isla Friendship. Según su testimonio -requerido durante años por muchos medios- los alienígenas lo «salvaron» de la muerte gracias a un novedoso tratamiento cuando atravesaba un cáncer terminal. Pero, más allá de sus singulares declaraciones, según la investigación de Isla Alien, De la Fuente estaría vinculado a las desapariciones de Luis Lobos y Carlos Maldonado durante la dictadura de Augusto Pinochet.
«No pudimos comprobar que haya sido agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI), pero sí sabemos que estuvo involucrado en las desapariciones. Sabemos que colaboró con su auto y que los transportó hasta un retén, donde desaparecieron», contó el cineasta. En una entrevista con el podcast chileno Siempre es hoy, el realizador recordó que la mayor cantidad de historias sobre ovnis en su país circularon durante la dictadura, lo que habilitó todo tipo de manipulaciones informativas. El cineasta también habló sobre su próximo documental: una investigación sobre el ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional Eugenio Berríos, conocido como el «químico de la DINA» (*), que trabajó intensamente en la fabricación de gas sarín para eliminar detractores de Pinochet.
La película de Valenzuela desgrana la leyenda sobre la isla en un círculo descendente. A partir del universo planteado por los radioaficionados, por la historia de De la Fuente y por la represión militar, reflexiona sobre nuestro sistema de creencias. ¿Por qué la gente cree en esto? ¿Por qué alguien lo difunde? ¿Por qué las personas necesitan estas historias?
«Me interesaba la idea del relato oral y la construcción. Lo interesante de Isla Friendship es que, a diferencia de muchos otros casos de ovnis que solamente son un avistamiento, aquí está lleno de historias. Nosotros entramos en esa misma dinámica con las recreaciones para reconstruir una historia oral a partir de las diferentes voces», aseguró Valenzuela.