Debe haber pocos antecedentes en la historia de los medios como el del periodista Mazher Mahmood. Durante décadas se ocupó de montar sus propias noticias y extorsionar a celebridades en Reino Unido. Revelaciones exclusivas, con imágenes escandalosas, se llevaban la tapa del diario sensacionalista News of the World sin que nadie entendiera cómo las conseguía.
Por primera vez, en medio del juicio en su contra, la serie de tres capítulos El jeque falso, disponible en Prime Video, se ocupa de analizar su modalidad de trabajo y el poderoso sistema que le permitió sostenerse. Mahmood plantaba pruebas, tergiversaba datos y retorcía la realidad tanto como fuera posible por una primicia.
De todas sus «investigaciones», la más emblemática probablemente sea la que involucró al entrenador sueco Sven-Göran Eriksson. En 2006, Eriksson -que murió hace pocas semanas en su casa de Torsby meses después de grabar un documental sobre su vida– dirigía la selección de Inglaterra. En medio de las tensiones por la mala performance del equipo, Mahmood sabía que el veterano director técnico estaba dispuesto a dejar su cargo si recibía una propuesta superadora.
Con el apoyo de cientos de miles de libras aportadas por el diario, el periodista se hizo pasar por un poderoso jeque (de allí el título del documental), alquiló un edificio en el centro de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos y lo invitó a Eriksson para hacerle una propuesta en persona para dirigir un club local. Una cámara oculta escondida en un yate de lujo registró la reunión y el ofrecimiento de trabajo. Pocos días más tarde, los detalles del encuentro -con datos inventados- aparecieron en la tapa de News of the World y el periódico agotó su edición.
A lo largo de la serie aparecen varias emboscadas prefabricadas que prefiero no revelar para que te sorprendas al verlas. Un punto interesante analizado por periodistas del diario es el cambio que se da a partir del nuevo siglo. Durante los años ‘90, en la era previa a las redes sociales, las noticias escandalosas circulaban casi con exclusividad en la prensa amarilla. En ese terreno, Mahmood creció como ningún otro periodista, como lo demuestra esta producción. «A principios de los 2000 -apunta el periodista Paul McMullan– News of the World comenzó a intervenir teléfonos a gran escala. Contrataron a Glenn Mulcaire como investigador privado para que interviniera los teléfonos y oyera los mensajes. Traía muchas primicias a un costo bajísimo. Mazher Mahmood tenía que mejorar para mostrar que sus técnicas de la vieja escuela valían la pena, el gasto y la intención».
Por esos años, el falso jeque consiguió el testimonio de un informante que advertía sobre el posible secuestro de la cantante Victoria Adams, ex integrante del grupo Spice Girls y esposa del jugador David Beckham. Mahmood notificó a la policía y gracias a un operativo coordinado se logró detener a la banda de delincuentes. El diario ganó por partida doble: tuvo la noticia del secuestro fallido antes que nadie y se adjudicó haber desbaratado el operativo. Meses más tarde, antes del comienzo del juicio contra los sospechosos, el informante aseguró que todo era mentira y que los detenidos eran inocentes.
El sistema interno del diario de Rupert Murdoch, sin embargo, siguió funcionando como siempre. «No importaba tu último artículo. Si no rendías, te echaban, y eso pasaba a menudo», recordó Aylia Fox, ex redactora de News of The World.
En una de las pocas apariciones públicas, con el rostro cubierto, Mahmood respondió sobre su «polémico método de trabajo». «¿Hay algún momento en el que pensás en serio voy a arruinarles la vida así?», le preguntó una periodista. «Sólo exponemos a los involucrados en delitos y transgresiones morales. Son objetos legítimos de investigación. Nuestra labor periodística es transmitirle la verdad al público. El diario lleva años haciendo eso y seguirá haciéndolo», respondió Mahmood.
Su suerte, la del tabloide y la de 200 empleados se terminó en 2011 cuando Murdoch decidió el cerrar sus puertas después de 168 años, envuelto en un escándalo sin precedentes de escuchas ilegales. Se probó que el diario había hackeado los teléfonos de víctimas de asesinatos y soldados muertos y de políticos y celebridades en uno de los episodios más oscuros de la historia reciente.