Los prohibidos
Como parte del plan para proscribir al peronismo, la autoproclamada Revolución Libertadora resolvió en el año 1955 incautar y censurar todos los libros y manuales de estudio publicados durante las primeras dos gestiones de Juan Domingo Perón. Una parte de ese material, que hoy constituye un patrimonio histórico único, terminó archivado en la Biblioteca del Congreso de la Nación por orden de Isaac Rojas, uno de los promotores del golpe.
Desde entonces, a contramano de las intenciones militares, un grupo de empleados de la biblioteca trabajó para preservar y sistematizar cuatro grandes colecciones de libros prohibidos por los sucesivos gobiernos inconstitucionales que ocuparon el poder entre 1955 y 1983. Un trabajo fundamental para mantener viva la memoria de los argentinos.
En Los prohibidos, la directora argentina Andrea Schellemberg, sigue el trabajo Silvana Castro, directora del área de Colecciones Especiales de la Biblioteca y la encargada de una muestra de libros censurados en el Salón de los Pasos Perdidos. Una exposición que los sábados, a lo largo de tres años, incluyó una visita guiada como parte de su puesta en valor y se descontinuó durante el mandato de Mauricio Macri.
Castro, que durante la última dictadura permaneció detenida desaparecida, es una gestora obstinada de este archivo. Asiste a investigadores con documentos, organiza a su equipo y clasifica los nuevos descubrimientos en medio del ajuste presupuestario. Grabado en su totalidad durante el gobierno de Macri, la directora utiliza imágenes de archivo para poner en diálogo los materiales de la Biblioteca con las distintas resistencias en las inmediaciones del Congreso: aparecen imágenes de la represión a docentes en abril de 2017 y del violento despliegue policial durante el debate por la reforma jubilatoria en diciembre del mismo año, entre otros.
Esta semana hablé con la directora Andrea Schellemberg sobre los orígenes de Los prohibidos y sobre cómo fue grabar en la biblioteca en un contexto tan adverso.
El origen: «Llegué en el año 2015 al área de Colecciones Especiales buscando un material y me encontré con el trabajo de las y los bibliotecarios. Esa tarea delicada de hilvanar los documentos, como retazos del pasado, con una secuencia de palabras, de ideas, quedaba tapada por las urgencias coyunturales legislativas u otros proyectos. Hoy ese material conforma un archivo que aún está vivo, revisado, analizado e interpretado por distintas generaciones. Los censores jamás hubieran imaginado que el trabajo de ocultamiento y negación se convertiría en un sitio de investigación académica y memoria«.
El rodaje: «Grabamos junto a Diego Gachassin, director de fotografía, y con la sonidista Alejandra Casal durante el año 2016 y 2018. Fue un trabajo que demandó mucha paciencia y atención para entender lo que pasaba dentro de la Biblioteca, dentro de las Cámaras y con las demandas sociales en las inmediaciones del Congreso. La experiencia fue difícil porque cuando conocí a Silvana, la muestra ya se había suspendido. Entonces decidí contar lo que estaba pasando y establecer un diálogo entre los libros prohibidos con el acontecer del palacio legislativo. Silvana tiene un gran conocimiento y capacidad de trabajo y mucho compromiso con la memoria y la identidad. Todo esto fue un motor que traccionó el tiempo de rodaje».
