Los diarios y la voz de un escritor único

16/09/2023
Posted in Películas
16/09/2023 Juan Pablo Mansilla

Los diarios y la voz de un escritor único

327 cuadernos, el documental de Andrés Di Tella sobre los diarios de Ricardo Piglia.

Un diario de la lectura del diario, le propuso el director Andrés Di Tella al escritor argentino Ricardo Piglia. El autor de Respiración artificial regresó a Buenos Aires después de dar clases durante quince años en los Estados Unidos y emprendió una tarea titánica: revisar los cuadernos que empezó a escribir en 1957, cuando tenía 16 años, y continuó hasta 2015.

¿Cómo filmar el diario de un escritor?, pregunta la voz en off del narrador (el propio Di Tella) en el comienzo de 327 cuadernos (*). De inmediato aparecen en pantalla las imágenes del diario cinematográfico que produjo el escritor Enrique Amorim. Se trata de «un ejemplo extraño, único, un autor uruguayo hoy un poco olvidado, que filmó a sus amigos escritores en los años ‘30 y ‘40. Amorim nunca aparece en las imágenes de su diario, hay que imaginarlo detrás de la cámara», escribió el realizador. En su película, Di Tella ensaya con Piglia otra variante: lo graba mientras el escritor busca, lee y recuerda distintos momentos de su vida a través de los textos.

El autor de Plata quemada se sorprende al encontrar un listado de boxeadores de la época. «Hay una tendencia a la lista», dice sobre sí mismo. «Siempre uno hace listas para no pensar, para sacarse las ideas de la cabeza». Más tarde confiesa que «tiene la sensación de haber vivido dos vidas: la que está escrita en los cuadernos y la que está fija en mis recuerdos. Existen en el diario pero no en mis recuerdos». Las intervenciones de Piglia son acompañadas por archivos de época. Hay materiales descartados de noticieros de los años setenta y registros caseros de distintas décadas.

Di Tella cuenta que armó una especie de inventario de los lugares que se repitieron a lo largo de los años en los diarios: los pasajes de Avenida de Mayo, la Recova de Paseo Colón, las galerías subterráneas de Avenida 9 de Julio. Se ven imágenes de Piglia en algunos de esos lugares grabadas para el documental sobre la vida del escritor Macedonio Fernández, dirigido por Di Tella y estrenado en 1995.

Ahora que la película se podrá ver gratis durante un par de semanas, hablé con Andrés Di Tella sobre el origen del proyecto, el proceso interno de la película y la idea del diario cinematográfico que mutó a lo largo del rodaje.

El origen: «Durante una década viajé todos los años a la Universidad de Princeton, en los Estados Unidos, donde dirigía un festival de documentales que creamos con Ricardo. En uno de esos viajes, Piglia me cuenta por un lado que se está yendo, que pidió una jubilación anticipada y que decidió volver a Argentina. Tenía pendiente revisar sus cuadernos, algunos los tenía en Estados Unidos, otros en su estudio en Buenos Aires y otros los tenía en la casa del hermano en Mar del Plata, que había sido la casa de los padres. Por un lado estaba eso y, por otro, yo justo me acababa de comprar una cámara para filmar y un poco lo usé a Ricardo de conejillo de Indias. Tenía ganas de hacer un diario cinematográfico, que es en sí mismo un género».

El proceso: «En cada escena que filmás, estás pensando no solo lo que está pasando si no cuál es el significado de esta acción en una vida. Hay un momento que quedó en la película en un solo plano -el cine documental tiene esa facultad de sintetizar en un plano un proceso mucho más largo- donde Ricardo empieza a leer sus cuadernos delante de la cámara. En un momento hay una voz detrás de cámara que es la mía. Ahí le pregunto si quiere leer algo y me responde: ‘Nada de lo que estoy leyendo me gusta’. Eso resume muchas cosas del proceso. Es decir, nosotros filmamos varios días, pero no funcionaba demasiado la idea de que yo me parara ahí y él leyera fragmentos que no construyeran algo. En cambio, me parecía que en esa frase había algo que mostraba que efectivamente se puso a leer sus propios diarios y aparecía la frustración: no todo lo que leía le parecía literatura. Entonces lo obligaba a un proceso de edición y de reescritura. A su vez, está hablando de mi propio proceso de hacer la película. Es decir, ¿cómo se filma un escritor leyendo diarios? Bueno, leyendo su diario, diciendo «no me gusta nada». Ahí está el propio límite del registro documental».

Los archivos: «En rigor de verdad no había archivo de la familia Piglia. Lo que sí había, que fue la fuente de inspiración la primera vez que me mostró los diarios, eran unos papelitos que tenía guardados en un cuaderno. En algún momento pensé que se podía hacer un documental solo con el archivo de papelitos (N. del E.: llama papelitos a una importante cantidad de recortes, boletos y papeles sueltos que encontró dentro de los diarios). Pero esa idea no prosperó. Justo aparecieron dos volquetes con centenares de latas. Eran películas filmadas de un noticiero y el Museo del Cine las había rescatado. En esa época se filmaban las notas exteriores en 16 milímetros reversible, que se procesaba inmediatamente y después rápidamente elegían diez segundos de acá, treinta segundos de allá, y eso es lo que se emitía. Me pareció que había algo muy interesante porque vos ves algunas de las situaciones donde no hay montaje. Además me parecía que la idea de los descartes del noticiero tenía mucho que ver con el cuaderno y con el diario. Es decir, como si dijéramos el cuaderno son los descartes o las tomas brutas de material que quedaron fuera de una novela, ¿no?».

La película según Piglia: «Yo le mostré un corte casi final. Me confesó que tenía bastante paranoia porque no sabía si yo había hecho un monumento o si él hacía el ridículo. Me dijo que se sintió bastante reflejado y conforme con la forma de la película. Él decía que había una afinidad en la poética. O sea, que la poética de la película tenía que ver con la poética de la literatura de Piglia. Eso para mí fue como una gran bendición».

En 2014, durante el rodaje de la película, Ricardo Piglia recibió el diagnóstico de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa que afectó su movilidad hasta su muerte, en 2017. Durante ese tiempo, no sólo aceptó terminar la película, sino que continuó con la revisión de sus textos. En 2015, casi en simultáneo al estreno de 327 cuadernos, la editorial Anagrama comenzó a publicar Los diarios de Emilio Renzi.

(*) El documental estará disponible gratis hasta el 4 de octubre. Luego de esa fecha, se podrá alquilar en Vimeo.

Trailer de 327 cuadernos, de Andrés Di Tella

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