Cuesta encontrar escándalos de la historia reciente que hayan tenido la repercusión en el mundo que tuvo el caso Bobbit. Por si no lo recordás, una breve introducción: el 23 de junio de 1993, Lorena Gallo le cortó el pene de su marido John Bobbit. En su primera declaración ante la policía, la mujer denunció abusos, maltratos y una violación por parte de su pareja, pero sus palabras apenas consiguieron filtrarse en la intensa cobertura de los medios, más pendientes del morbo que de escucharla.
Un debate nacional se apoderó por entonces de los Estados Unidos. Una minoría, encabezada por voces femeninas, celebró la reacción de la mujer. En paralelo, un gran número de estadounidenses exigió justicia y condenó la desmesura de Gallo. Lorena, la excelente serie de cuatro episodios dirigida por Joshua Rofé y producida por el cineasta Jordan Peele, reconstruye los debates alrededor del caso con archivo de época y con entrevistas exclusivas a la ex pareja protagonista y a los actores laterales del juicio.
Con una infinidad de hallazgos, en el primer episodio, por ejemplo, hablan para la producción los policías y los bomberos de Manassas, en el Estado de Virginia, que trabajaron durante toda una noche para rastrear entre los pastizales una parte del pene cortado por la mujer. «No queríamos dar esa información por radio. Los medios de comunicación se darían cuenta al instante», recuerda la policía Machelle Bailey sobre el operativo de búsqueda. También hay testimonios de los cirujanos James Sehn y David Berman, los médicos encargados de operar a Bobbit y reconstruir la zona afectada.
Los cuatro capítulos están cruzados por la cobertura mediática y las ideas preconcebidas sobre Lorena Gallo, llamada durante años por el apellido de su ahora ex esposo. Entre las situaciones insólitas que se cuentan Vonda Vandaveer, periodista del diario más importante Manassas, dice que por aquellos tiempos no se podía escribir la palabra pene en medios gráficos como el suyo porque «se trataba de periódicos familiares». Carlos Sánchez, el enviado de The Washington Post al lugar, recuerda que hasta la cadena de noticias CNN debió modificar su perfil para competir con otros canales y programas sensacionalistas y cubrir el caso.
Con una estructura clásica, información ordenada y una buena cantidad de entrevistas, la docuserie es una investigación a fondo sobre el caso que dominó la agenda a mediados de los años ‘90. «Pasé por este infierno y hoy digo a las mujeres: no están solas, pueden huir de la violencia si quieren y tomar las riendas de su vida, tal como yo hice», dice Lorena.
