La toma del Capitolio de los Estados Unidos fue uno de los episodios más delirantes y peligrosos de la historia reciente del país. El 6 de enero de 2021, el Congreso debía validar la elección en la que resultó ganador Joe Biden. Encolerizado por el resultado de los comicios, el entonces presidente Donald Trump denunció fraude y llamó a sus seguidores a marchar contra lo que consideró una «injusticia».
«Nunca nos rendiremos, nunca cederemos, no pasará. No se cede ante el robo», dijo en un acto multitudinario a sólo 20 kilómetros del Capitolio, en Washington D.C. Cerca del mediodía un grupo variopinto de adherentes trumpistas, entre los que se contaban un militante del grupo de extrema derecha QAnon disfrazado de bisonte, integrantes de la organización supremacista Proud Boy, referentes de Cowboys for Trump y veteranos de guerra que hicieron suyas las palabras del republicano, se concentraron frente a la explanada del edificio. En cuestión de minutos, violentaron la endeble seguridad del lugar y tomaron el control del Senado y la Cámara de Representantes.
La sorprendente insurrección, que fue seguida en vivo y en directo a través de los noticieros de todo el mundo y por las redes de los propios manifestantes, es reconstruida ahora de manera cronológica en Four Hours at the Capitol, del director estadounidense Jamie Roberts. Un documental con entrevistas a los senadores que sesionaban cuando ingresó la turba pro Trump, con testimonios de los policías que intentaron contenerla afuera y dentro del Capitolio y con la palabra de los rebeldes.
Roberts no se detiene a analizar las fallas de la seguridad ni las derivaciones políticas del ataque (Trump fue absuelto un mes después del cargo de «incitación a la insurrección»). El director se limita a contar la historia en distintos registros: a través de grabaciones caseras con el punto de vista de los manifestantes, a través de los registros de las cámaras de seguridad del interior que muestran la anarquía y la tensión que se vivió durante las cuatro horas que duró la ocupación y finalmente a través de una serie de entrevistas con los protagonistas.
«Había cuarenta o cincuenta policías luchando contra 15 mil personas. Era una batalla medieval», recuerda uno de los efectivos que estuvo en el interior del Capitolio. Cinco personas murieron, entre ellas Ashli Babbitt, de 35 años, después de recibir un disparo en su estómago que quedó registrado por las cámaras. Se estima que además 140 personas resultaron heridas como consecuencia de los incidentes.