En los últimos años algunos temas suelen repetirse en la selección de películas nominadas como Mejor Documental en los premios Oscar. Denuncia social con bajada de línea, retrato actual sobre un drama ecológico y documental político con sesgo muy claro, por ejemplo, suelen ser números puestos.
En esa línea, Todo lo que respira, el largometraje del director indio Shaunak Sen que estrenó HBO Max, es una historia chiquita dentro de una más grande y difícil. No se trata estrictamente de una película sobre el cuidado de aves en una mega capital. Tampoco se trata de una llamada urgente sobre el cambio climático y la contaminación en las grandes ciudades. Pero esos tópicos, junto a la mirada sobre el presente político del país, atraviesan la trama de esta producción grabada en Nueva Delhi.
Nadeem Shehzad y Muhammad Saud son dos hermanos indios que gestionan un hospital de aves en el sótano de su casa. La capital de la India, una de las ciudades más pobladas y contaminadas del mundo, también es el hogar del milano negro, un ave de rapiña que habita en basurales y sobrevuela los centros urbanos en busca de restos de alimentos. Nadeem y Muhammad rescatan y curan a muchas especies de aves (lechuzas y gavilanes se cuentan entre sus pacientes), pero ambos ponen especial atención en el cuidado y la preservación del milano, uno de los principales afectados por la crisis ambiental.
«Antes de ellos había buitres, pero desde que se fueron los milanos tomaron su lugar. La naturaleza siempre encontrará la forma de absorber los desperdicios«, dice Nadeem. Los milanos suelen presentar heridas en sus alas o problemas en sus patas. Con paciencia, los hermanos son capaces de cruzar un río contaminado para rescatarlos. Según sus propias estimaciones, desde 1997 llegaron a salvar unas 20 mil aves.
Nominada al Oscar junto a documentales como Navalny y Fire Of Love, All That Breathes, el título original de Todo lo que respira, busca decir mucho más sobre el presente de la India. Shaunak Sen filma en una ciudad convulsionada por la crisis política, la precariedad edilicia y el desborde de basura. La impactante escena inicial, grabada por la noche en una montaña de residuos, muestra a una docena de ratas rastrillando la zona en busca de restos de alimentos.
A la historia de los hermanos, que atraviesan el duelo personal por una muerte cercana, el cineasta le suma el conflictivo momento político del país. Una situación que no está escindida de la trama central. En 2020, mientras se filmaba el documental, una serie de protestas en contra de la Ley de Enmienda de Ciudadanía dieron vía libre a la policía para disparar contra la población civil. «Mi intención con la película es conmover al público, sobre todo a aquel que no comparte mi visión del mundo», aseguró Sen.
