De un tiempo a esta parte, pongamos por caso los últimos cinco años, la llegada de nuevas plataformas y la sobreoferta de ficciones y documentales, produjo una saturación. En esa repetición de fórmulas se perdió toda originalidad. Cuando vemos, como en mi caso, muchas producciones de un mismo género es bastante frecuente pensar que todo es más o menos lo mismo. Un poco en broma, me gusta pensar en algo así como una gentrificación del mundo audiovisual.
En el amplio universo del documental true crime el panorama es desolador. Con excepción de algunos casos puntuales, como el de la directora estadounidense Skye Borgman, la mayoría de las producciones actuales sobre casos reales repiten modelos prefabricados y lugares comunes sobre asesinatos. Insisto: hay excepciones. En esta lista, por ejemplo, rescaté una tanda de 50 documentales true crime que valen la pena.
Jared Fogle: persiguiendo a un monstruo, la docuserie estrenada hace una semana por HBO Max, cae en unos cuantos vicios del género, pero su historia es tan sórdida y atrapante que se sostiene en cualquier escenario. Acomplejado por su sobrepeso, a finales de la década del ‘90 el estadounidense Jared Fogle decidió inventar su propia dieta y consiguió resultados sorprendentes en poco tiempo. Pero su método fue tan particular que impactó a todo su país: decidió alimentarse únicamente con sándwiches de la cadena Subway y, según contó, logró bajar en poco tiempo 112 kilos.
Rápida de reflejos, la empresa tomó su caso y lo llevó al mundo. De repente, Fogle se convirtió en un portavoz y modelo publicitario de la marca, y también fuente de inspiración para muchísimos jóvenes que sufrían bullying por su obesidad.
Durante 15 años, Estados Unidos lo conoció como Subway Guy o el tipo de Subway. Pero una historia subterránea, que la serie se encarga de fraccionar en tres episodios, comenzó a inquietar a la periodista estadounidense Rochelle Herman. Después de entrevistarlo para su programa de radio, Herman mantuvo un contacto cercano con Fogle, al punto de mantener llamados telefónicos diarios. A partir de una confesión, que conviene no adelantar, la periodista empezó a grabar esas conversaciones y consiguió lo que sería la base de una investigación perturbadora: las cintas sobre la verdadera naturaleza de Fogle como depredador sexual infantil.
«Pero había un problema. Lo que hice podría, de hecho, verse como un delito», recuerda Herman. Poco tiempo después de registrar sus charlas, la mujer llevó esa evidencia al FBI. «Legalmente, se supone que debes tener el consentimiento de una persona antes de grabarla. Las cintas no servían ante un tribunal«.
La serie armará un rompecabezas del caso y recorrerá distintos puntos de los Estados Unidos en busca de testimonios de víctimas del Subway Guy, un caso que horrorizó al país y produjo un cimbronazo en una de las cadenas de comidas rápidas más grandes del mundo.
Trailer de Jared Fogle: persiguiendo a un monstruo, de Sam Miller
