Bienvenidos a Chechenia
Todo empezó con una redada. La policía chechena desbarató un búnker de drogas y al analizar la evidencia secuestrada descubrió en el celular de uno de los detenidos una serie de fotos íntimas con otro hombre. De inmediato, en una cacería que tiene pocos antecedentes en lo que va del siglo, las fuerzas de seguridad desplegaron un dispositivo para dar con otros «como él».
El detenido fue torturado y obligado a entregar diez hombres que también serían torturados y obligados, en loop, a entregar a otros diez más. La persecución antigay, que se inició en 2017, dio comienzo a un ataque feroz que se extendió a lo largo de dos años. Ramzán Kadýrov, presidente de Chechenia y aliado histórico de Vladimir Putin, diría meses más tarde ante la prensa internacional: «No tenemos ningún gay. Para purificar nuestra sangre, si hay alguno aquí, llevenselo. Tendrán que responder ante el Todopoderoso por esto».
Bienvenidos a Chechenia, del director y productor estadounidense David France, rescata el valiente trabajo que llevaron a cabo las organizaciones LGBT+ en Rusia para salvar la vida de cientos de personas perseguidas a lo largo y ancho del país. Usando la tecnología deepfake para ocultar digitalmente sus rostros, la primera parte del documental gira sobre una suerte de safe house donde permanecen ocultos -de la policía pero también de sus propias familias- una docena de chicos y chicas.
«Imaginen que en pleno siglo XXI, en un país supuestamente laico, tengas casos de gente asesinada simplemente por ser homosexual. Es irreal», dice David Isteev, coordinador de Respuestas a Crisis – Red LGBT en Moscú y pieza clave de la historia junto a su compañera Olga Baranova. Ambos están encargados de sostener el refugio y programar eventuales extracciones como en una película de espías gestionando trámites con embajadas y consiguiendo asilos temporarios y protección.
Pero tanto Isteev como Baranova pelean porque se active una investigación judicial que visibilice la persecución e instale un reclamo internacional: «Sabemos cómo probar la culpabilidad de estas personas -los responsables de las vejaciones y homicidios en Chechenia-, pero no sabemos cómo hacer que el Comité de Investigación de la Federación Rusa acepte el hecho obvio de estos crímenes».
Si bien el documental desarrolla varias historias en simultáneo, la principal de ellas es clave para denunciar el aparato represivo por motivos que conviene no revelar. «Esta historia necesita un buen final. Y todavía falta mucho para conseguirlo. De cualquier manera, si no te matan, ya eres un ganador», se lo escucha decir a Isteev.
Trailer de Bienvenidos a Chechenia, estrenado en 2020
Se estima que desde el inicio de la cacería antigay en Chechenia, un país mayoritariamente musulmán, la Red LGBT+ rusa reubicó a 151 personas. De ese total, 44 fueron recibidas por Canadá con la ayuda de Rainbow Railroad en Toronto. En ningún caso la administración del ex presidente Donald Trump (2016-2020) aceptó recibir ningún refugiado LGBT+ checheno.