The Last Cruise
Cuando el Diamond Princess zarpó del puerto de Yokohama el 20 de enero de 2020 oficialmente se conocían cuatro casos de infectados con Covid-19. Con casi cuatro mil personas a bordo (2666 pasajeros y 1045 tripulantes) el crucero de lujo se disponía a navegar las costas de Japón, Hong Kong y Vietnam en los primeros dos meses del nuevo año.
The Last Cruise, de Hannah Olson, se detiene en este último tour de la vieja normalidad: un auténtico viaje de terror que probó hasta dónde pueden llegar la propagación y letalidad del nuevo virus. A partir de la recuperación de las grabaciones de los propios pasajeros, la directora construye un relato de los días arriba del barco conocido hoy por haber sido el primer gran brote de Covid-19 fuera de China.
Inexplicamente breve (dura apenas 40 minutos), el documental reúne testimonios de pasajeros pero también de parte de la tripulación que debió seguir trabajando en condiciones de extrema exposición cuando se conocieron los primeros contagios para mantener el «servicio» del barco: salas de juego llenas, espacios comunes (restaurantes, piscinas) atestados y un anfiteatro exclusivo repleto son parte de los pantallazos que pueden verse antes de que comenzara la cuarentena forzada.
De esta pesadilla -entre la detección y el “rescate” de la primera tanda de pasajeros pasó poco más de un mes- los investigadores sacaron dos conclusiones centrales que siguen vigentes: 1) el Covid-19 se transmite por el aire y 2) puede ser propagado por portadores asintomáticos.
De los casi cuatro mil pasajeros se infectaron 712 personas, de los cuales 14 murieron.