Vivir en la calle, sufrir en familia

15/05/2021 actooalizame@gmail.com

Vivir en la calle, sufrir en familia

Acasa, My Home

Por cerca de 20 años la familia Enache ocupó una parcela del Parque Nacional Vacaresti, en Bucarest, Rumania. Una choza improvisada, cubierta por un par de frazadas, fue el «hogar» de Gica y sus 9 hijos hasta que un nuevo proyecto para la zona los obligó a retirarse.

Este documental, grabado durante cuatro años por Radu Ciorniciuc, se interna en la vida de esta familia que vive en condiciones de extrema vulnerabilidad y debe adaptarse al ritmo de la gran ciudad con sus marcas de origen a cuestas.

Mientras los registra, Ciorniciuc consigue mantenerse invisible a los ojos de los Enache, una ventaja que le permite, sobre todo en el primer tramo de la película, vivir distintas experiencias junto a ellos: acompaña a los chicos a la laguna; sigue a Vali, el mayor de los hermanos, en sus días de pesca y venta de su producto en la ciudad o es testigo de las corridas de los más pequeños cada vez que se aproximan asistentes sociales.

«Me aseguré de que la familia fuera consciente de mis intenciones en todas las fases del proyecto, y significó mucho para Gica entender que no éramos el tipo habitual de reporteros que se acercan allí un día, le hacen un par de preguntas y luego se marchan», contó el director en una entrevista con Europa Cine.

El Parque Vacaresti, donde se desarrolla buena parte de la acción, es uno de los espacios naturales más grandes de Europa que permaneció abandonado desde finales de la década del ochenta hasta el proyecto de reactivación: “Sabíamos desde el principio que tendrían que abandonar la zona, pero no sabíamos cuándo. Después de que las autoridades firmasen el acuerdo de protección ambiental, la burocracia rumana se hizo cargo del asunto. Tardaron dos años en nombrar a un administrador para el parque. Mientras tanto, a la familia todavía se le ‘permitía’ vivir allí”.

Acasa, My Home tiene algunos puntos en común, especialmente a la hora de mostrar una parte del país que no vemos, con Bruce Lee and the Outlaw, otro documental rumano que sigue la vida de Nicu, un chico de la calle adoptado por «Bruce Lee», un hombre autoproclamado «rey de la vida subterránea» de Bucarest que vive en los túneles que Nicolae Ceausescu mandó a construir durante su dictadura con el sueño de crear un sistema de calefacción central para la ciudad. En su reino, signado por la marginalidad, «Bruce Lee» vende laca para metal, una droga barata a la que Nicu es adicto y con la que este personaje se unta el pelo.

Acasa, My Home, que se podrá ver gratis hasta el 31 de mayo en el marco del XVII Encuentro de Cine Europeo en Argentina junto a otras 19 películas seleccionadas (al final dejo otros dos documentales), aborda un problema universal que su director explica con claridad: «Todas las personas, independientemente de su origen, deben tener la libertad de vivir como quieran, pero también deben tener acceso a todas las oportunidades que disfrutamos en la vida moderna. Ninguna regla del mercado capitalista debería cambiar o anular esto. Hasta que desafiemos la forma en la que hemos construido nuestro estilo de vida, muchas de las cosas desagradables de nuestra sociedad no desaparecerán, sino que se volverán más intensas, incluida la gentrificación. El arte es una de las maneras para humanizar a los verdaderos salvajes de nuestro tiempo: nosotros mismos».

Trailer de Acasa, My Home, de Radu Ciorniciuc