State Funeral
El director ucraniano Sergei Loznitsa trabajaba en un documental sobre el ritual de los funerales en la Unión Soviética cuando descubrió una colección de 40 horas con imágenes del último adiós al ex líder comunista Josef Stalin en el Archivo Estatal Ruso de Documentos Fílmicos y Fotográficos de Krasnogorsk, cerca de Moscú.
Con ese material, registrado por 200 camarógrafos repartidos por todo el bloque soviético, Loznitsa entrega ahora una obra maestra de poco más de dos horas con imágenes restauradas a color y en blanco y negro: «Advertí que había encontrado un verdadero tesoro y decidí centrarme en Stalin. Al fin y al cabo, su funeral era la manifestación más viva del ritual, el clímax del culto», explicóa la revista Ñ.
Con la voz omnipresente de la radio que anuncia su fallecimiento y resalta sus logros y su liderazgo indiscutidos, el director presenta un hipnótico documental sobre la muerte de un líder que representó el principio del fin del comunismo, según Loznitsa.
«Llegó la muerte y todo es inútil. Llegó la muerte y nos quedamos solos. El pueblo soviético promete trabajar incansablemente”, dice un locutor. «Sabíamos que era el mejor en todo nuestro planeta, victorioso en cada batalla, en cada guerra; su credo era pensar en los demás, tenía un corazón completamente generoso. Esta tragedia nos ha unido más que ninguno de los días de gozo que vivimos».
Stalin fue responsable de algunas de las matanzas más grandes del siglo XX. Lejos de omitirlo, State funeral cierra con una enumeración de sus atrocidades: de acuerdo a investigaciones históricas, más de 27 millones de ciudadanos soviéticos fueron asesinados, ejecutados o torturados hasta la muerte. Algunos fueron enviados a campos de trabajo forzados conocidos como gulags o deportados durante su régimen. De acuerdo a la película, se calcula que 15 millones más murieron de hambre.
En 1956, tres años después de su muerte, el vigésimo congreso del Partido Comunista de la URSS condenó al régimen por su culto a la personalidad y convocó a la «desestalinización» del país. En 1961, el cuerpo de Stalin fue sacado del mausoleo y enterrado en el muro del Kremlin. En la retrospectiva, titulada De regreso a la URSS: los documentales de archivo de Sergei Loznitsa, además de State Funeral, Mubiincluyó Blockade (2006), Revue(2008), El último imperio (2015) y The Trial (2018). Todos merecen ser vistos.
«Si me pusieran en un archivo creo que sacaría una película cada medio año», le dijo el realizador ucraniano a Pietro Marcello en la charla que se puede ver también en Mubi y que a continuación reproduzco en ocho extractos que me interesaron especialmente:
1. La película que nunca se terminó: «Se llamaba La gran despedida. Se hizo un mes después del funeral (N. del R.: es parte del material que se ve en State Funeral) y las altas autoridades la miraron y la dejaron enlatada. Los directores de esta película Ilya Kapalin, Sergei Gerasimov y Aleksandrov eran las celebridades del cine soviético, lo mejor de lo mejor».
2. Los archivos encontrados: «Para esta película se usó la totalidad del material fílmico que había, en color y blanco y negro. Había una cantidad enorme de material que luego se midió y eran decenas de miles de metros. Unas 40 horas filmadas por el país con toda la escala imperial. La filmación terminó a mediados de marzo, lo que significa que se filmaron más escenas» (N. del R.: Stalin murió el 5 de marzo de 1953).
3. Materiales censurados por más de 30 años: «Este material se archivó hasta 1988, por la censura. Nadie podía verlo. Luego, cuando llegó Gorbachov y cuando empezó la Perestroika apareció este material horrible pero ya nadie estaba interesado en él».
4. El pasado que vive en el presente: «Esta no es una película sobre el pasado: es una película sobre lo seductora que es, en general, esta forma de poder incluso para las masas, que son magnetizadas por esta forma y quienes, al mismo tiempo, son animales de sacrificio».
5. El estreno del documental en cines de Moscú: «Como siempre, las opiniones se dividieron. Los que comparten un juicio liberal hablaban sobre el tirano que era Stalin y los que no comparten un juicio liberal dicen ‘sí, es un gran hombre, vaya tributo para él; lo que el director pone al final es sólo una tontería de su parte. No es necesario leer esos letreros acerca de los sacrificios’» (N. del R.: se refiere a los datos sobre las matanzas de Stalin) Entonces resulta que no todo depende de lo que presento al espectador sino de su capacidad para descubrir el mundo, su concepción de la historia, del universo y de él mismo dentro de ese universo: de su educación, cultura y crianza, de sus principios morales. Todo depende de eso».
6. Stalin y las masas: «El pensamiento que quise expresar es muy sencillo: Stalin es una alegoría de toda esta gente que tiene, dentro de sí, un pequeño Stalin, que comparte todas estas visiones y que compone, como pequeños ladrillos, todo este aparato de destrucción humana totalitarista. Cada vez que regreso, en mi mente, a esos tiempos y veo esas imágenes, que a mí también me magnetizan cada vez me sorprende la paradoja que se desenvuelve en los ojos. Comprender la pesadilla, la gente que, como los ratones, sigue al flautista, a quien toca la flauta, hasta su perdición».
7. Su vínculo con el Archivo Estatal de Krasnogorsk: «Esta es probablemente la tercera película que hago con ellos y hemos tenido una relación profundamente amistosa. Ellos, sin duda, trabajan muy bien: no sólo escanearon y encontraron todo y lo limpiaron, también encontraron material que ni siquiera estaba clasificado».
8. Los tres tipos de materiales que se ven en State Funeral: «Al principio monté el positivo de trabajo en blanco y negro porque todo era blanco y negro. Luego, cuando recibimos el negativo escaneado, lo editamos y resultó que esa parte del material estaba a color. Sabía que iba a haber material a color, pero no sabía cuál era a color. Hay tres tipos de cintas: una definitivamente es Kodak, una no sé lo que sea, quizás una cinta a color alemana, AGFA y una es una cinta soviética en blanco y negro».
