Periodismo y mentiras en una investigación a fondo

09/10/2021 actooalizame@gmail.com

Periodismo y mentiras en una investigación a fondo

Una investigación a fondo desde Rumania

Colectiv

Las imágenes que aparecen en los primeros minutos del documental del director rumano Alexander Nanau, son estremecedoras y tristemente familiares: una banda de rock cierra su show con pirotecnia y en cuestión de segundos, en medio de gritos desesperados, todo comienza a arder.

El 30 de octubre de 2015 en la discoteca Colectiv, que da nombre a la película, como en el boliche argentino República de Cromañón en diciembre de 2004, no había salidas de emergencia. La espuma de poliuretano que recubría el techo del lugar -igual que en la disco del barrio porteño de Once- produjo un efecto tóxico devastador: 27 personas murieron en el acto y otras 180 resultaron gravemente heridas. Como consecuencia de la tragedia, en los días posteriores un centenar de rumanos salieron a manifestar por las calles de todo el país. Una presión social incontenible, calificada por medios europeos como una «revolución pacífica», que derivó en la renuncia del primer ministro Victor Ponta.

El documental de Nanau, el primero en la historia del cine rumano en ser nominado al Oscar, toma como punto de partida la desidia gubernamental y la falta de controles en Colectiv para contar una segunda historia. La de 37 sobrevivientes del incendio que murieron cuatro meses después por infecciones intrahospitalarias en los centros de salud de Bucarest.

La revelación llega a través de un grupo de periodistas encabezados por Catalin Tolontan y sus compañeros del diario deportivo Gazeta Sporturilor. Una fuente anónima asegura que las muertes, que eran perfectamente evitables, se produjeron porque los hospitales usaron un desinfectante diluido por una firma local llamada Hexi Pharma, proveedora de 350 hospitales en todo Rumania. «Son un total de 2 mil quirófanos», dice Tolontan horrorizado por lo que implicaría no desactivar esa bomba de tiempo.

Desde ese momento, el documental se instala en el corazón de la redacción para conocer en detalle el cierre de cada edición, el desarrollo de diferentes subtramas (la connivencia entre políticos y empresarios y las denuncias de corrupción) y la constatación de nuevos datos. «La mejor investigación está en manos de un diario deportivo. ¡Ese es el estado de nuestra prensa!», dicen un grupo de manifestantes en una de las marchas resaltando la valentía del diario, habitualmente ocupado en otros temas de la agenda.

«Después del incendio la prensa estaba completamente desacreditadapor haber publicado mentiras del Gobierno», contó Nanau en una entrevista. «Es muy complicado ejercer el periodismo en Rumania, porque muchos medios pertenecen a gente cercana al poder y, por eso, suelen rechazar los trabajos de investigación», agregó.

En la segunda parte de la película a la historia de Tolontan y equipo se sumará la del flamante ministro de Salud, Vlad Voiculescu, un joven funcionario comprometido a cambiar -en la medida de sus posibilidades, claro- el sistema que lo precedió. En esa tarea, como parte del nuevo gobierno de transición, Voiculescu será acompañado por los documentalistas a todas partes para apoyar la lucha de las víctimas. «No puso ningún impedimento, me dejó grabar libremente, no es usual, evidentemente. Él pertenece a otra generación, estudió en Viena. Su deseo es que haya una mayor transparencia en el gobierno. Se rodea de un equipo joven que quiere cambiar las cosas», explicó el director.

En una de las tantas notas que dio por la nominación al Oscar a comienzos de este año, Nanau reflexionó sobre su búsqueda en esta película: «Apuesto por la figura del cineasta observador. No hago preguntas ni entrevistas, aunque claro que hice mis investigaciones. Pero al filmar a las dos partes no podía intercambiar la información privilegiada de cada lado».

Trailer de Colectiv, de Alexander Nanau