The Last Narc
Después de treinta y seis horas de torturas, entró en coma. Enrique Kiki Camarena era uno de los agentes antinarcóticos más experimentados de México cuando fue asesinado por encargo del cartel de Guadalajara, en 1985. Tres meses antes, gracias a su trabajo de vigilancia, había entregado a la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos imágenes áreas de una enorme plantación de marihuana propiedad de Rafael Caro Quintero, uno de los jefes narco más poderosos del país. Desde entonces Camarena había quedado en la mira.
Más de tres décadas después, tres ex policías del estado mexicano de Jalisco, que trabajaron para la seguridad del cartel, revelan detalles desconocidos sobre el crimen y reconstruyen en cuatro episodios de la serie The Last Narc el operativo para secuestrar, torturar y asesinar al agente de la DEA. «El caso Camarena sigue tapándose hasta hoy en día y quiero que el mundo conozca la verdad. Si muero en el intento será voluntad de Dios», dice el ex agente Héctor Berellez, responsable de la investigación durante diez años y encargado de reclutar a los ex policías Ramón Lira, Sergio López y Jorge Godoy.
Caro Quintero se repartía el poder en Guadalajara con Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Félix Gallardo. Los tres eran parte de un grupo de cultivadores de marihuana que se había trasladado desde las montañas de Sinaloa para montar el primer cartel de drogas del país. En ese grupo, por entonces, daba sus primeros pasosJoaquín El Chapo Guzmán, jefe de una facción conocida como Los dormidos, que se encargaba de deshacerse de los cadáveres.
El asesinato de Kiki, casi como ningún otro crimen de la época, generó un terremoto político entre los gobiernos de México y Estados Unidos. La DEAdependía de EE.UU., pero operaba desde su creación en territorio mexicano sin pedir permiso. A través de infiltrados locales conseguía información valiosa sobre el funcionamiento del cartel y el tráfico desde distintos puntos del país. De acuerdo a la serie del director estadounidense Tiller Russell, para 1987 ingresaba a EE.UU. cocaína por un valor de 35 millones de dólares proveniente de México cada 24 horas.
Para Berellez, el testimonio central que dirige todo el relato de esta investigación, quedan puntos oscuros del crimen de Camerano, oportunamente ocultados por la DEA, la CIA y los gobiernos de EE.UU. y México. ¿A quién le convenía la muerte de Kiki? ¿Quiénes participaron realmente en su interrogatorio? ¿Qué altos funcionarios del poder mexicano protegieron al triunvirato de jefes narcos? Esta docuserie aporta una serie de pistas, todavía sin resolver, sobre un caso que permanece impune.