El Mundial de fútbol de 1978 representó para la última dictadura argentina el momento indicado para controlar el humor social y una oportunidad para perpetuarse en el poder. A lo largo de las últimas décadas, su historia ha sido objeto de estudio en libros e informes audiovisuales, pero el reciente estreno de la serie Argentina 78 suma ahora una revisión ordenada y precisa sobre aquellos meses como país anfitrión de uno de los eventos deportivos más grandes del planeta.
La producción de cuatro episodios no separa la dimensión política de la dimensión deportiva. Se apoya sobre ambos ejes y los cruza para entender el alcance internacional del espectáculo. Poco tiempo después del golpe, la dictadura de Jorge Rafael Videla intervino la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y montó el Ente Autárquico Mundial 1978, un organismo estatal encargado de la gestión del evento. En tiempo récord, recuerdan, se construyeron tres nuevos estadios. A propósito: en el capítulo 5 de En Europa no se consigue, el podcast sobre diseño industrial argentino, analizan las butacas y la señalética de los estadios.
Dirigida por Lucas Bucci y Tomás Sposato, Argentina 78 se basa en 78. Historia oral del Mundial, la primera y más exhaustiva investigación sobre el tema, escrita por el periodista Matías Bauso, con más de 150 entrevistas y un notable trabajo de archivo. En los primeros episodios, los realizadores se dedican a analizar cuál era el presente de la Selección en los años setenta y cómo fue el planteo táctico del director técnico César Luis Menotti que cambió el juego para siempre.
El entrenador, apuntan algunos entrevistados, propuso un riguroso programa de entrenamiento para poner en estado al plantel y nivelarlo al ritmo de los equipos europeos, mucho más dinámicos.
Argentina 78 tiene una muy buena producción de entrevistados. A los excelentes aportes del periodista Ezequiel Fernández Moores, que guía y contextualiza la historia junto a Bauso, se suman notas con los ex jugadores de la Selección Mario Kempes y Daniel Passarella, el ex DT Menotti, que murió en mayo de este año, y el ex líder de Montoneros Mario Firmenich. El ex guerrillero (que suma poco y se contiene en cada declaración) recuerda en un momento hilarante que la Marcha Peronista y «Dale campeón, dale campeón» tienen la misma melodía.
Por su parte, la periodista Miriam Lewin, sobreviviente de la ex ESMA, uno de los centros clandestinos más grandes de la dictadura, agrega un testimonio impactante con detalles de la vida de los detenidos en cautiverio, usados por los militares para redactar cables con información falsa que luego eran reproducidos en medios afines.
La serie repasa cada uno de los partidos que debió disputar Argentina para llegar a la final. Hay varios minutos dedicados al decisivo cruce con Perú cuando la Selección se impuso por 6 a 0 en un encuentro definido por Fernández Moores como «el partido más polémico en la historia de las copas mundiales». Aparecen allí los testimonios de jugadores peruanos como José Velásquez Castillo, quien desliza sin demasiado sustento denuncias de fraude para beneficiar a nuestro país.
Los showrunners Bucci y Sposato tienen experiencia en el mundo documental. Juntos trabajaron en las investigaciones de Carmel: ¿quién mató a María Marta? y Los hermanos Menendez, ambas dirigidas por Alejandro Hartmann, y disponibles en Netflix. Como dupla, además, hicieron Los payasos, una genialidad que ahora se puede ver gratis en Youtube.
Uno de los puntos fuertes de Argentina 78 es el archivo con imágenes hasta ahora inéditas. «Tenemos material de la cinemateca polaca, que por alguna razón está restaurado increíblemente; son dos documentales del ‘78 que filmaron los polacos en Argentina. Tenemos incluso muchas fotos del fotógrafo Bert Nienhuis de la última cena con Videla y Massera. Así que tratamos de ahondar en mucho material de la prensa extranjera que cubrió el Mundial y que al verlo hoy pueden resignificar muchas cosas. Hay un montón de material de la época que no se ha visto antes y creo que pudimos aprovecharla para contar esta historia», apuntó Sposato.
Bucci, por su lado, contó que viajaron para grabar notas a Holanda, Francia y Perú. «Hacíamos saber a los entrevistados que conocíamos mucho la historia y que íbamos a tratar de hacerles preguntas que no les hicieron; que nos interesaba el valor de la historia, sobre todas las cosas. Durante la investigación, escribimos lo que llamamos un guión hipotético, o sea, ya escribimos la serie, antes de que nadie nos diga nada. Sabíamos qué es lo que queríamos contar con ellos y llevamos un cuestionario muy preciso».