Los programas de televisión o las películas dedicadas a la figura del cantautor y poeta Héctor Roberto Chavero, conocido popularmente como Atahualpa Yupanqui, coincidieron casi siempre en evocar sus enseñanzas o destacar la vigencia de su música. Los caminos de Atahualpa, por mencionar un ejemplo, se enfoca en los temas de su vida (La guitarra, El folclore, La Pampa) y probablemente sea una de las docuseries recientes más completas.
A contramano de la época Atahualpa Yupanqui, un trashumante, del director Federico Randazzo Abad, reproduce algo de la cadencia que rodeó al personaje, pero va un paso más allá: con pausas, reflexiones y un interés genuino por su legado, el cineasta cruza la infancia de Yupanqui con su formación musical; su arte con su compromiso político y el exilio con un nuevo mundo.
«Trashumante es el que deja atrás el humo de su casa y cuando mira hacia atrás, a la distancia, ve el humito que sale del techo, de la cocina de esa casa, de la comida que hace el abuelo o la mamá. Ese humo lo persigue a uno y es de las primeras nostalgias del hombre«, dice Yupanqui. La película se armó con parte del archivo de la Fundación Atahualpa Yupanqui, gestionada por Roberto Kolla Chavero, hijo del artista y de la cantante Nennette Fitzpatrick. El equipo de la película estuvo tres años trabajando en la digitalización de materiales donde aparecieron grabaciones de diferentes años y conciertos en distintos países.
Completan el documental una serie de buenas entrevistas con el periodista e investigador del folclore latinoamericano Schubert Flores Vassella y el historiador y crítico especializado en música popular Sergio Pujol. La intervención de Pujol resulta clave para guiar los primeros viajes de Yupanqui y sus conflictos políticos. «Atahualpa une espacios que, en rigor, en términos políticos y administrativos estaban separados: te pone la samba al lado de la baguala. La operación político-cultural es fantástica», asegura.
Más tarde analiza sus diferencias con el peronismo y el Partido Comunista (PC). En los inicios de los años ‘40, el músico se acercó al PC y se afilió formalmente en 1945, cuando el partido fue legalizado. Por entonces, recuerda el historiador, Yupanqui tenía una posición internacionalista y veía al peronismo como una expresión «nazi-fascista».
Pujol matiza, además, algunos lugares comunes alrededor de la repercusión internacional de Yupanqui. «El recorrido de Buenos Aires a Francia difiere del típico viaje iniciático de los intelectuales argentinos que van a formarse a París y vuelven iluminados por la ciudad luz. Yupanqui no. Llega a París para encandilar a los franceses, no se deja encandilar por la cultura francesa», apunta.
A propósito del estreno en cines de Atahualpa Yupanqui, un trashumante, esta semana hablé con el director Federico Randazzo Abad sobre los inicios del proyecto, la producción y la recuperación de los archivos.
El origen: «El proyecto comenzó después de una conversación un poco informal con Roberto Kolla Chavero, hijo de Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, que conserva en la Fundación Atahualpa Yupanqui los materiales de su padre. Me contó que tenía un montón de casetes de videos que nunca había visto que habían quedado abandonados. Eso fue una revelación imposible de resistir y empezamos a digitalizar esos materiales de manera muy dispar cuando había algún rato libre, cuando se podía. Eso fue en el año 2013. Al comienzo teníamos la ilusión de encontrar una joya o una perlita. Demoramos un par de años para encontrar el esqueleto, la estructura o el tipo de proyecto que podíamos desarrollar en relación a esos materiales: si era un proyecto de tele o si era un documental. De manera que todo se desarrolló con tiempos yupanquianos no aptos para ansiosos».
La investigación: «En el material encontramos un poco de todo. Una parte era de su amigo japonés Jiro Hamada, otra parte del propio Atahualpa y un poco había sido publicado en la prensa. En ese sentido fue un trabajo bastante arqueológico y con la dificultad de que al principio estaba la voluntad de tener una dimensión total del archivo. En un momento caímos en la trampa de creer que se podía todo eso sintetizar, ordenar, armar como un mapa, pero había material en todas partes (N. del E.: menciona hallazgos en Hungría, Japón, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Colombia y México). Nos dimos cuenta de que era imposible tener registro de todo y cortamos la etapa de investigación para construir el guion».
Producción en el exterior: «Las entrevistas en distintas partes del mundo fueron parte de la aventura yupanquiana porque después de todos los procesos de digitalización y de presentar el proyecto al INCAA, cuando finalmente estábamos para salir de viaje se desata la pandemia. Entonces esperamos unos meses y tomamos la decisión de grabar vía remota con equipos locales en cada país y yo dirigiendo desde acá».
Los archivos: «La película es hija de los archivos. Soy yupanquiano, me interesa el personaje y estuve siempre convencido de su vigencia. En un momento evaluamos la posibilidad de armar una serie de televisión sobre Atahualpa y Japón, que nos parecía novedoso, pero lo desestimamos. Hay varios documentales testimoniales de Atahualpa con él hablando en una especie de auto-entrevista. Él elige los temas y da una exposición. Se parece mucho también a los conciertos que tenía donde no solo cantaba sino que brindaba una especie de semblanza de cada una de las canciones y contaba su origen y qué es lo que expresaban. Acá intentamos justamente ir por otro lado. Si bien hay una intención de que él sea el narrador principal, y que su propia voz sea la que te va contando la historia, una primera dificultad muy grande que encontramos era que él no hablaba. Atahualpa era un hombre que diseñó muy bien su historia y como todo mito fue eligiendo qué quería que se cuente y qué no».
Las entrevistas con Sergio Pujol: «Es un ejemplo de investigador, de intelectual, de biógrafo y de profesor universitario. La película podría haber sido sólo Sergio con fotos arriba ilustrando sus comentarios porque es un excelente narrador. Explica ideas muy profundas y complejas de un modo muy simple. Es una alegría enorme para mí ser contemporáneo de Sergio, que lo podamos ver y escuchar en sus programas de radio en la Facultad para quienes puede ser sus alumnos».