Por lejanía geográfica, pocos temas en común y hasta por desinterés, los asuntos relacionados al continente africano ocupan un lugar casi circunstancial en los medios argentinos. Robert Kyagulanyi Ssentamu, conocido popularmente como Bobi Wine, puede sonar como un nombre remoto y desconocido. Sin embargo, se trata de uno de los emergentes de la política ugandesa que desde 2017 mantiene una activa participación en la vida pública de su país.
Rapero de profesión, Bobi Wine se dedicó a combatir –primero con su música, luego desde el Parlamento– al régimen de Yoweri Museveni, el presidente que gobierna Uganda desde 1986 con mano de hierro. «Siempre pensé que alguien tenía que hablar por nosotros y el pueblo consideró que yo tenía la voz más fuerte», dice el cantante en Bobi Wine: The People’s President.
Los directores Moses Bwayo y Christopher Sharp lo siguieron desde el inicio de su carrera proselitista. Primero detrás de su banca parlamentaria y luego como principal candidato presidencial de la oposición. En el medio de ambas campañas, consiguieron registrar uno de los momentos más convulsionados de la política regional africana. Durante ese período Museveni, de 79 años, reformó la Constitución de Uganda para poder ser reelegido y renovar por un nuevo mandato después de 35 años como presidente.
El triunfo le permitió revalidar su poder de policía para reprimir cualquier manifestación pacífica y ordenar detenciones arbitrarias de detractores, incluido el propio Wine.
El documental acompaña al músico y político en su batalla personal contra el presidente, mientras produce su música y se las ingenia para jugar limpio en un país golpeado por la corrupción y la pobreza. En los discursos de Wine no faltan las ideas de «la libertad», «la democracia» y «el poder para el pueblo». Un conjunto de conceptos, que por momentos aparecen inconexos, con los que logró penetrar en la movilización popular.
«¿Cuál es su plan a futuro?», le pregunta un periodista. «No tengo miedo porque no hay que temer. Vivir en Uganda es lo mismo que no vivir y ya llevamos mucho tiempo oprimidos. Creo que los jóvenes de Uganda, en especial, están abriendo los ojos y tienen un sentido de pertenencia hacia su país. Uganda es mi país y nunca habrá otro. Allí nací y allí moriré», responde Wine, determinado hasta el final.
En una concesión casi culposa, la Academia de Hollywood eligió a Bobi Wine: The People’s President para competir en la categoría Mejor Largometraje Documental en la próxima entrega de los premios Oscar. La producción deberá competir con La memoria infinita, 20 Days in Mariupol y Four Daughters To Kill a Tiger.