Unos años antes de que los libros de historia lo consideraran un referente del urbanismo moderno, el arquitecto suizo Le Corbusier llegó a Argentina. Corría el año 1929 cuando un influyente grupo de intelectuales, encabezados por la escritora Victoria Ocampo, lo invitó para dar diez conferencias en el país.
La visita representaba para el urbanista una oportunidad inmejorable. Buenos Aires era un terreno fértil para nuevos negocios en América del Sur y un espacio ideal para llevar adelante algunas ideas resistidas en Europa. Hasta entonces Le Corbusier era visto por la vanguardia francesa como un «arquitecto burgués» o como alguien que construía casas para ricos.
Fascinado con la capital argentina, que por entonces tenía baja edificación, gran potencial y posibilidades de desarrollo, el arquitecto diseñó un moderno plan urbano. En su diagnóstico, propuso una ciudad con vista al río y consideró que Buenos Aires como París poseía una zona sur deteriorada y una extensión de tierra descontrolada que sugería contener. La capital argentina se había convertido, junto a Chicago y Nueva York en los Estados Unidos, en una de las ciudades con mayor recepción migratoria en todo el mundo.
«Le Corbusier desarrolla una propuesta para la ciudad con la idea de organizar al mundo, de organizar la totalidad», dice el arquitecto Jorge Francisco Liernur en Plan para Buenos Aires. La película del director argentino Gerardo Panero, uno de los mejores documentales estrenados en la última edición del BAFICI, analiza su llegada al país y explora los motivos que hicieron que su ambicioso proyecto nunca se pudiera concretar.
Esta semana lo entrevisté para charlar sobre los orígenes de su pelìcula, la búsqueda del archivo y el trabajo de producción en Buenos Aires, París y Barcelona.
El origen: «Tiene relación con un trabajo anterior sobre la vida del arquitecto Amancio Williams y su obra de la casa del arroyo. En ese momento, entre 2009 y 2010, yo buscaba material de archivo y apareció el documental La ciudad frente al río, que es el que da inicio a esta película (N. del R.: es un corto documental de 1950 y se puede ver en los primeros minutos de Plan para Buenos Aires. Sobre las imágenes de una Buenos Aires colonial, un locutor sostiene que de no mediar cambios la capital argentina «avanzará hacia la parálisis y el caos urbano»). Vi ese corto y me fascinó, me pareció increíble cómo está contado, cómo se desarrolla la idea y las imágenes que tiene.
El personaje: «Siempre me pareció fascinante. Quería encontrar esas idas y vueltas, no sólo su visita en el ‘29, si no el olvido posterior. Obviamente Le Corbusier es un personaje contradictorio en muchísimos aspectos. Pensaba siempre en lo económico, en el lugar donde quedaba su figura y en llevar adelante proyectos descomunales y cosas muy pequeñas al mismo tiempo. Finalmente es la historia de algo que fracasa. Dentro de la arquitectura y el urbanismo hay muchísimas historias de cosas que se planifican y no se llegan a concretar porque es muy difícil llevar adelante estos proyectos. Yo siempre lo comparo con lo audiovisual, ¿no? Se me pueden ocurrir un montón de ideas buenísimas para hacer una película, pero llevarlas a cabo es muy difícil porque tenés que conseguir los recursos y hacer que alguien apueste por ese proyecto. De alguna manera creo que hay un paralelo en eso».
Las entrevistas: “Una figura central era Jorge Francisco Liernur, que escribió junto a Pablo Pschepiurca La red austral, un libro que también me sirvió para la investigación porque me acomodó algunas ideas sobre la arquitectura. El libro parece una novela de ficción. Después empecé a buscar gente que hubiera tenido alguna relación con el plan o que conociera bien la historia de Le Corbusier en la Argentina. También estaba la figura de Victoria Ocampo en el medio, que había sido la que inició esta idea de traerlo al país. Me pareció interesante sumar a Sonia Sasiain, que no es arquitecta, pero investigó todo lo que tiene que ver con material de archivo fílmico y fotográfico sobre la ciudad de Buenos Aires».
El archivo: «Siempre cuesta conseguirlo, sobre todo en Argentina. Está, por suerte, el Archivo General de la Nación (AGN) donde se puede acceder y conseguir material muy interesante. Siempre es difícil recurrir por los derechos de uso porque no están en alta calidad o porque son caros. En el caso del audio de Le Corbusier (N. del R.: se refiere a una serie de grabaciones con la palabra del arquitecto que aparecen en distintos momentos de la película) fue una solicitud a la Fundación Le Corbusier en París que me llevó más de dos años conseguir. Luego estaba el croquis modificado de Le Corbusier. Había algunos que no estaban en la mejor calidad porque esos dibujos ya tienen más de cien años».
(*) La película se podrá ver a lo largo de agosto en el Centro Cultural General San Martín en estos días y horarios:
Viernes 05/08, 19hs
Domingo 07/08, 17hs
Sábado 13/08, 17hs
Domingo 14/08, 19:30hs
Jueves 18/08, 19hs
Sábado 20/08, 19:30hs
Viernes 26/08, 19hs
Domingo 28/08, 17hs