«John, Tom, Stu y Dog puede que no resulten tan conocidos como John, Paul, George y Ringo, pero Creedence le disputó a Los Beatles el título de la banda más importante del mundo», dice la voz en off del actor estadounidense Jeff Bridges, encargado de la narración de Travelin’ Band: Creedence Clearwater Revival at the Royal Albert Hall, el documental que rescata del olvido un concierto de la banda en la prestigiosa sala de conciertos de Londres, en 1970.
Bridges es un fanático confeso de los Creedence y su participación en esta producción de Bob Smeaton, director de los documentales The Beatles Anthology y Hendrix: Band of Gypsys, es un guiño a su recordado personaje en The Big Lebowski.
La película se divide en dos partes. En la primera se ven grabaciones de los integrantes de Creedence en distintos puntos de Europa hablando sobre la experiencia de conocer públicos tan intensos en capitales como Berlín, Copenhague, París y Londres. En la segunda, ya cerca del final, el documental de Smeaton brinda la posibilidad de ver por primera vez en una calidad de imagen y sonido impecables, el famoso recital que cerró la gira en el Royal Albert Hall de la capital inglesa, que años atrás había sido el escenario para The Rolling Stones y Led Zepellin.
El espectáculo se grabó completo, pero por motivos que no se explican, jamás se había visto hasta ahora. Para 1969, Creedence era una agrupación consolidada y exitosa en los Estados Unidos. Ese año lograron que tres de sus álbumes encabezaran el top ten de éxitos en el país; tocaron en el popular show televisivo de Ed Sullivan y finalmente ante medio millón de personas en el Festival de Woodstock. «Un año mágico para la banda», dice Bridges.
La gira europea fue el broche de oro y la consagración definitiva. «Esto demuestra que, luego de 15 años, al rock and roll se lo deberían tomar más en serio. En Rotterdam tuvieron la misma reacción que en Oakland, Los Ángeles y Omaha. Algo está pasando», sostiene en uno de los archivos Stu Cook, bajista de Creedence.
En The Factory, el búnker donde componían sus canciones, la banda le dio forma a una docena de éxitos que todavía suenan en las radios de todo el mundo. Creedence lanzó Proud Mary y tiempo más tarde Bad Moon Rising, dos hits inolvidables de su repertorio. «Para mí, Green River representa el corazón y el alma de Creedence«, dice su líder John Fogerty.
«Cuando era un niño que crecía en el Reino Unido a finales de los ‘60 y principios de los ‘70, Creedence era una banda de la que solo conocía a través de sus exitosos sencillos», recordó el realizador Bob Smeaton. La oportunidad de hacer un documental sobre su gira, dice ahora, le dio la chance de «descubrir por qué son una de las mejores bandas de todos los tiempo».