Un supuesto dossier de 35 páginas con información confidencial sacudió a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en enero de 2017. La documentación afectaba al flamante presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Según el informe, existía un video, hasta hoy desconocido, que mostraba al líder republicano en una situación comprometedora en la habitación de un hotel de Moscú.
Aunque había circulado en redacciones como The New York Times desde 2015, hasta la publicación del documento del ex espía británico Christopher Steele, nadie le había dado validez a la historia. Trump habló de «fake news«, Rusia ignoró la difusión y Steele desapareció por varios meses.
Cinco años después de las revelaciones, el periodista George Stephanopoulos, una de los conductores estrella de la cadena ABC News, entrevistó a Steele para intentar entender cómo se montó la operación. «Dame una respuesta concisa: ¿Christopher Steele es…?», le pregunta al comienzo de Out of the Shadows. «Un patriota», le responde el ex espía.
¿Existió ese video? ¿Vladimir Putin evaluó la posibilidad de usarlo contra Trump? Steele trabajó 20 años en el MI6, el servicio de inteligencia militar de Reino Unido, que lleva adelante misiones en distintas partes del mundo. Durante tres años, como parte del tiempo de entrenamiento estándar que el servicio brinda a los espías en el exterior, vivió en Moscú. Con su conocimiento sobre espionaje y con la experiencia ganada en la capital rusa, al retirarse decidió con un socio fundar Orbis Business Intelligence, una agencia privada dedicada a realizar tareas de inteligencia para empresas y particulares.
«La mayoría de la gente cree que el espionaje es algo de los gobiernos, pero existe una enorme industria oculta. Una industria de inteligencia privada que trabaja para corporaciones y partidos políticos, desenterrando secretos de sus adversarios que es tremendamente lucrativa», dice el periodista estadounidense Barry Meier.
Entre sus primeros trabajos, en 2010, Orbis tuvo la misión de investigar el proceso de licitación para la sede de la Copa Mundial de la FIFA en 2018 cuando Rusia resultó país anfitrión. Más tarde, un área de las empresas de Trump dedicada a las gestiones inmobiliarias, se interesó por sus servicios para rastrear potenciales socios en mercados emergentes, como Rusia. El sueño del empresario, por entonces, era construir una Trump Tower en Moscú.
En 2013, tres años antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos, el magnate fue el anfitrión del Concurso Miss Universo en la capital rusa. Un evento que, según el documental, le sirvió para establecer contactos y mezclarse con la élite del país. Fue durante esas 36 horas de estadía en la capital que ocurrió el Kompromat (chantaje, en ruso). De acuerdo con Steele, los servicios rusos colmaron el Hotel Ritz Carlton, donde se hospedó Trump, a metros de la Plaza Roja. Un oficial de inteligencia incluso se encargó de monitorear una red de cámaras que habían colocado en la habitación de los invitados.
En su primer informe durante la campaña presidencial de 2016, Steel reveló que miembros del equipo de Trump habían recolectado información sobre su rival Hillary Clinton y habló de «un comportamiento poco ortodoxo de Trump en Rusia, con material suficientemente vergonzoso como para chantajearlo si quisieran». Putin fue un protagonista clave por esos días luego de que el presidente Barack Obama acusara a Rusia de infiltrarse en el proceso electoral operando contra la candidata demócrata.
«¿Crees que Trump conspiraba con los rusos?», le preguntó Stephanopoulos a Steele. «La evidencia sugiere que sí», contestó el ex agente. El video que jamás salió a la luz mostraría filmaciones de trabajadoras sexuales, presuntamente contratadas por Trump, orinando en la cama del hotel que usó Obama. «Las grabaciones sexuales fueron siempre un procedimiento operativo estándar de los servicios rusos», sostiene Steele durante la exhaustiva entrevista para ABC News. Out of the Shadows cuenta con testimonios de periodistas e investigadores que siguieron las explosivas revelaciones desde el comienzo.
Con el paso de los años, el informe fue duramente cuestionado por inconsistente y por contener informaciones inexactas. El abogado de Trump, Michael Cohen, ironizó: «Espero con ansías que el próximo dossier pruebe la existencia de Pie Grande y el monstruo del Lago Ness y de que Elvis sigue vivo».